PICADORA DE CARNE, DE MEDIOCRIDAD ABSOLUTA. Por Zul Cont

¡Cuánto daño hace el MAL cuando se lo propone y aún sin proponérselo!. Tanto que no mide consecuencias. Ataca al núcleo directamente, sin piedad, sin culpa. Mala gente hay en todas las profesiones, en todos lados, pero cuando quien ejerce el MAL es –además- vocero y actúa en regocijo, en disfrute, difamando, avergonzando, humillando, ridiculizando, sin medir riesgos, consecuencias destructivas, daños colaterales, sufrimiento extremo, incluso hasta llegar al auto-exilio, la marginación, la discriminación, la enfermedad y la muerte, entonces, podríamos entender que el infierno está allí mismo. El infierno en la tierra, donde no hay pena suficiente que salde el dolor de sus víctimas. Malos y malas, disfrazados de buenos. Buenos representantes de gente mala. Malos representantes de gente buena. Escondido detrás de sus caretas, el MAL, arma sus estrategias para concretar sus planes malignos. Dañinos con formación académica y sin ella, desde el palco o desde la masa, desde la riqueza o desde la miseria extrema, desde el poder o desde el anonimato. El MAL no elige espacio, ni profesión, ni género, ni status. Le llega el mandato y allí lo cumple como dé lugar. El MAL sólo quiere ser triunfante en la contienda, en la lucha por su permanencia. Va por los puntos, por las víctimas, por sus afectos, por sus almas… Por delante o por detrás, ante millones de seres o a la vista de nadie, destroza, aniquila. No le importa. No se detiene. El MAL ha venido a quedarse en sus diferentes formatos, echado por la entidad superior, buena y luminosa, pretendiendo ser dueño y señor en la tierra. No debemos dejar que esto ocurra. Hay modos de combatirlo: los buenos pensamientos, las buenas acciones, los buenos sentimientos. Es débil frente a la bondad, cobardemente, débil. Lo asusta, lo confunde, se intimida… No puede contra la superioridad divina, dueña y señora del universo, creadora del cielo y de la tierra… La Justicia llegará y el MAL ya no será posible. ZC
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Zul Cont – Zul Contreras